Preferís no analizar.
“Hubiéramos dejado todo tal como estaba y nos ahorrábamos problemas” Esas fueron tus palabras. Me enseñaste a evitar cada obstáculo que se me presentara, o bien enfrentarlo por duro que sea. Hoy te digo: ¿Y si ese obstáculo es mi otra figura? Ponete de mi lado, con 15 años y tener que elegir entre dos personas, es bastante difícil. Hace un par de años, me preguntaban eso y siempre contestaba: no sé, me moriría si tuviera que decidirlo. Hoy digo, quisiera morirme. En vez de hacer las cosas a la manera más fácil, actuar como adultos y dividir las cosas por la mitad como se debe, preferís hacerlo de la manera más garca y apoderarte de todo. Arrasar con todo lo que se te encuentra en el camino, aun sabiendo que me pones en juego a mí misma. Creo que es la cosa más soberbia y egocéntrica que jamás haya visto.
No deseo elegir, quiero tener una adolescencia feliz y sana, física, emocional, social y familiarmente. Me rehúso a elegir, porque si elijo de un bando, el otro se me empaca, y si elijo del otro bando, el otro empieza a limitar todo y a renunciar al papel que le corresponde.
Sólo deseo irme a dormir, y no despertar nunca más.