viernes, 16 de diciembre de 2011

Yo fui una de esas. 






Siempre los hombres se quejan de que cuando encuentran una chica que les gusta, ésta no les demuestran tanto cariño. Algunas veces llegan a dejar de interesarse y se buscan una más fácil. La chica se queda: ¿Qué le pasó a este?. Me pasó, varias veces, al igual que la mayoría de las chicas. Ese es el peligro que todas las mujeres corremos al buscar compañía. Buscamos que nos digan que nos quieren, que nos aman, que somos hermosas, que tenemos re linda sonrisa, cuerpo. La primera vez que experimentamos eso, que nos dicen esas palabras por primera vez, nos sentimos como las diosas del mundo. Te hacen sentir bien. Posteriormente, esto va a ir empeorando. Como siempre, alguno de los dos cae, y la mayoría de las veces, la mujer es más sensible que el hombre, así que ella es la que cae. Después no sabes con qué cara mirarlo, no sabes que decirle, no sabes como responder al "Hola". Cae todo, cae el castillo, cae todo lo que construiste mientras te decía: que linda que sos. Podes tomar dos caminos: o hablarle más de lo que le hablabas, hacerte la más que amiga, o hablarle cada vez menos. ¿Pero si seguis hablando con él? Está todo bien, hasta que te cae la bomba atómica en información instantanea. Se anda chamuyando a otra, y ves que lo que le dice, es exactamente lo que te dijo a vos. Tenes ganas de gritar, de decirle de todo, de llorar, de romper la computadora, de lo imposible. Tenes ganas de salir de tu casa y ponerte en medio de la calle, esperando a que alguien te atropelle. Ahí es cuando empezas a poner frases, canciones, publicaciones en el muro a tu amiga, para que sienta celos. Empezas a ponerle me gusta en las fotos a sus amigos caños, empezas a "ponerte boluda". No sabes como hacer para que se de cuenta de que queres pegarle, que viste todo, que ya sabes lo que hace mientras tarda 5 minutos en responderte. Te sentís segunda, te sentís usada, sentís que todo lo que te decía, era todo mentira, era para chamuyarte, era para engancharte como una boluda, y tenerte ahí, cuando se le cantaba. 


Me la hiciste bastante bien, me pudiste bajar los brazos, pudiste entrar en mi mente, e hiciste una revolución. Ya me había pasado una vez, con vos y con otra persona. Me prometí nunca más volver a caer en el mismo pozo. ¿Que hice? Lo hice de nuevo, bajé la guardia y aprovechaste en el momento que te diste cuenta. Ganaste todo, ganaste tenerme cuando querías, ganaste hablarme cuando se te cantaba, ganaste absolutamente todo lo que querías, y yo todavía ciega. En algún momento tenía que darme cuenta, en algún momento tenía que saber la realidad: estabas chamuyandote a otra más. Exactamente, las mismas palabras, las mismas boludeces, se las decías a ella. ¿Que estuviste con muchisimas más mujeres y que todavía pensabas en mí? No te la creo, no te creo nada de lo que me dijiste. Me bajaste la guardia, y ahora la vuelvo a subir, vuelvo al "big bang". No me hablaste más, te hiciste el boludo orgulloso y no me hablaste. Cada cinco minutos, revisando la información instantanea, entrando más a tu muro que al mío. El momento de desesperación. Fue, me voy, no le hablo nada y que se cague. 
Te vas, minimizas todo y te vas a ver una peli. ¿Que pasa? Seguís pensando en la computadora. La mala noticia que puede traerte con tan sólo prenderla. "Otra piña para Rocky" Fue, no doy más, la prendo. Ahí está, en azul y rojo, un 3 y el nombre completo. Querés tirar todo, te pones a llorar, tenes ganas de volver a gritar, pero de la felicidad. Cagaste de nuevo. Lees lo que te pone y decis: que boludo este pibe, se piensa que soy boluda. Que linda que sos. Gracias gracias, que chamuyero que sos. 


Tarde o temprano salís lastimada, la más vulnerable de la relación sos vos, y siempre llega el momento en que caes, bajas la guardia y ese es el momento de correr. Él se lleva todo, él sale ganando, él aprovecha de la situación, tu situación. Nos enamoramos de las palabras, de las fotos, de los videos, nos enamoramos del pibe que nos escucha, del que nos aconseja. Quizás te escuche de verdad, te aconseja y te ayuda, o te pone un " :S ", simplemente una carita. Ese el momento de correr.