lunes, 18 de julio de 2011

Cualquier altura, cualquier felicidad.




Hoy tuve el sueño más hermoso de mi vida. Lo caracterizo el más hermoso de los hermosos. Soñé con lo que más quiero en el mundo, lo que desearía poder hacer. Vivir sola.
El sueño empezaba que yo estaba en un pasillo, re chiquito, estaba el ascensor, era gris y tenía como dos metros de alto; entraba por una puerta donde aparecía una habitación, parecía ser un living. A la derecha del pasillo de la entrada, había una puerta que llevaba a la cocina; no era muy grande, era normal, cabían 3 personas de ancho. Fuera de la cocina, el “living” tenía una vista hermosa. Parecía estar en el 3er o 4to piso, porque estaba bastante alto. El living era más o menos chico, entraban como 10 personas, o más sin problema. En la mitad de la pared izquierda estaba el baño. Era hermoso; las paredes tenían baldosas beige, marrones y  blancas. Saliendo del baño, a su derecha, casi al lado, estaba una puerta, que daba a la habitación, la cual era bastante grande. Era el mejor departamento que haya visto, estaba enamorada, era capaz de pasar toda la vida ahí adentro.
Lo que me parece absolutamente raro es que encuentro una similitud increíble entre lo que soñé hoy y lo que soñé ayer. Soñé que me casaba. No sé qué me pasa, las vacaciones me afectan mentalmente. Tengo la absoluta libertad de dormir tranquila y cuanto quiera, y mi mente se libera, empieza a soñar cosas increíbles, cosas que en el fondo deseo con mucho añoro. Sólo falta que sueñe que tengo un hijo y listo. Bueno, ya me voy de tema.
Ahora que me doy cuenta, siempre ando en busca de amor, de compañía; me doy cuenta de que la mejor compañía que puedo encontrar es la misma. Me siento tan bien, tan llena cuando estoy sola, me siento completamente satisfecha; siempre buscando lo que me haga feliz a mí; cuando lo que me hace feliz, es mi misma. Ojalá viviera sola, tendría mis propios quilombos, estaría todo el día limpiando mi propio desorden (aclaro, me encanta limpiar), decoraría a mi gusto, no tendría opiniones de nadie, podría dejar el control de la play en el sillón sin que le joda a nadie. Bajar las persianas, prender la luz y andar en pelotas si se me canta.
Vivir en mi mundo, y ser feliz.