Palabras que ardieron.
Que hermosura: estar en un departamento de 2x2, estar en plena ciudad, escuchar los colectivos pasar, los autos, las bocinas, la gente, los movimientos y poder oler ese rico aroma a campo. Ese fueguito encendido chispeando, consumiendo todo lo que tiene a su alcance. Así sos vos, te apoderas de todo lo que tenés a tu alcance, y cuando te vas quedando solo empiezas a llamar la atención, o bien, se te van apagando las ramas. No quiero agredirte, no quiero decir lo soberbio que sos ni lo insensible que sos, me arruinaría el domingo tan placentero, que me trajo todos esos hermosos recuerdos de cuando era chica. Dios, como quisiera estar en el campo, todos los mediodías clavarme 4 platos de guiso, ir a laburar al campo y volver a la noche destrozado y dormir como bebé. Quisiera volver a ser chica, volver a tener la mente limpia, no tener ningún recuerdo tuyo. Es verdad, sos el único que me enciende de verdad, pero quiero apagarme. No quiero quemarme al lado tuyo, no quiero consumirme. Te espero, te doy viento para que te prendas y te quedas con la ceniza. Queres quedarte con el carbón encendido, sin lanzar llamas. ¿Tan difícil te es dar un poco de fuego, de luz?
Te esperé por un tiempo largo, me alejé de vos. Y volviste a preguntar por mí. Cómo estaba, como iban mis estudios, mi cuerpo, ¿Mi cuerpo? Sólo eso te interesa. Mi cuerpo no importa, soy una persona con alma, tengo sentimientos; mi cuerpo es sólo una caja que me contiene, no siente nada, no tiene valor alguno. Lo que sí tiene valor es mi alma, y por mi alma es que respeto a mi cuerpo, porque me hace posible estar acá escribiendo.
Queda muy en claro que no querés saber nada que tenga que ver con una relación, está bien, te entiendo. Yo tampoco. Estoy en una etapa que tengo que enfocarme en mis estudios, mi carrera a seguir, mi familia, mis amigos. No tendría tiempo para un novio. No le daría la importancia suficiente. ¿Pero por qué cuando tuviste tu oportunidad no la aprovechaste? Ahora me venís a pedir que te de mi mano, cuando quiero levantarme e irme. No quiero verte, no quiero escucharte, no quiero pensarte, no quiero acodarme de vos, quiero sacarte de mi mente por completo hasta el punto que diga:
¿Te conozco?